En un día como el de hoy en el que tanto se habla de igualdad, corresponsabilidad, cifras y trabajo, quiero tener un recuerdo muy especial recordar a todas aquellas mujeres que, aún siendo el motor de la familia y la vida de un país, han estado y siguen estando en la sombra. Aquellas que no pudieron estudiar, las que decidieron quedarse en casa para cuidar de sus hijos, de sus padres, de su pareja, las que nunca cobraron un sueldo ni vieron su nombre escrito en ningún periódico y como no, las que en algún momento de su vida se quedaron solas y siguieron trabajando de noche y de día para sacar adelante a su familia.
Todo mi respeto, mi admiración y mi amor por todas las mujeres a las que nadie reconoce públicamente como heroínas porque luchan en silencio, con su trabajo, su esfuerzo, su buen hacer, su paciencia, su cariño, su vida.
No me olvido tampoco de los hombres que ven a las mujeres como sus iguales, las respetan y las aman.
A todas y todos os deseo lo mejor en este día. Un millón de abrazos.
Ana Paneque